Imagínese que intenta alquilar la vivienda soñada para sus vacaciones y que llegada la hora entrar en ella y no hay dueño, ni llaves, ni casa ni por supuesto el dinero que ha adelantado para la reserva. Aquí van nuestros consejos para prevenir estafas en el alquiler de viviendas vacacionales.
La irrupción de las nuevas plataformas digitales en el mercado del alquiler vacacional ha traído también la aparición de redes delictivas que ven en esta actividad una fuente de ingresos considerables con un grado de exposición a la acción de la justicia relativamente bajo.
Muchas son las advertencias que desde las Fuerzas de Seguridad del Estado, desde las administraciones públicas y desde organismos de defensa de los consumidores se vienen haciendo en este sentido en los últimos años.
El modus operandi de este tipo de redes es relativamente sencillo: identifican un bien, generalmente casas o chalés de lujo y lo publicitan en uno o varios portales con un precio atractivo que llame la atención a los usuarios. El contacto inicial con el anunciante es sencillo. Normalmente responde con rapidez tanto a llamadas de teléfono y al correo electrónico y se identifica con su nombre completo e incluso con DNI para ganarse la confianza del cliente. Llegado el momento en que este toma la decisión de alquilar el propietario solicita una cantidad económica que normalmente no baja de miles de euros, dependiendo de la casa y el periodo, en concepto de reserva de alojamiento, fianza o pago por adelantado. Estos pagos nunca se realizan en persona ni de ninguna manera que deje huella, sino normalmente a través de transferencia. Una vez el cliente ha realizado el pago, de la vivienda y el supuesto dueño sólo queda humo.
Hay medidas sencillas que permiten en poco tiempo y con un coste bajo desmontar la treta del estafador, como es la verificación registral del inmueble (comprobar si está registrado y a nombre de quién).
A lo largo de nuestros años de ejercicio nos hemos encontrados con varios clientes que han caído lamentablemente en este tipo de estafas tras haber recibido del anunciante documentos notariales o registrales falsificados. De ahí que sea tan importante obtener por uno mismo la nota simple del registro de la propiedad y comprobar si lo dicho por el supuesto dueño es cierto o no. Una gestión de apenas unas horas y de un coste de apenas unos euros puede ahorrarle un importante quebranto a su bolsillo y bastantes dolores de cabeza.